The Good Gym propone fórmulas para involucrar a los jóvenes en labores sociales. “Emparejamos a corredores con personas que están solas y tienen poca movilidad. Los deportistas corren hasta la casa de un anciano, dejan algo bonito como una conversación o algo que necesitan, y se van haciendo jogging. Esto ayuda al deportista a estar en forma y le da una buena razón para hacer ejercicio. Y, a la vez, es una visita semanal a una persona mayor”.