Sé que parecerá una tontería, pero cosas como esta nos pueden alegrar un poquito el día. Olvídate de la hipoteca, las letras del coche, el último ordenador que no puedes comprar y de tu jefe y sé... un poquito más feliz.
El problema es que la mayoría de la gente no concibe una felicidad que no sea a partir de lo que precisamente te la quita, las posesiones.
Se condenan a una vida de mierda (perdón, de sufrimiento) para poder tener, mantener y renovar esas posesiones. Desde las casas de 90 m2 que pocos necesitan hasta los coches de 4 millones de pesetas que pocos pueden pagar y mantener de forma desahogada. Pero claro, es que vivir en un piso de 50 metros cuadrados y conducir un Kia Picanto (¡o ir en autobus!) es señal de pobreza y por tanto de infelicidad, ¿no?.
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El problema es que la mayoría de la gente no concibe una felicidad que no sea a partir de lo que precisamente te la quita, las posesiones.
Se condenan a una vida de mierda (perdón, de sufrimiento) para poder tener, mantener y renovar esas posesiones. Desde las casas de 90 m2 que pocos necesitan hasta los coches de 4 millones de pesetas que pocos pueden pagar y mantener de forma desahogada. Pero claro, es que vivir en un piso de 50 metros cuadrados y conducir un Kia Picanto (¡o ir en autobus!) es señal de pobreza y por tanto de infelicidad, ¿no?.