Islandia se ha convertido en uno de los países fetiche cuando hablamos de la crisis. Su inesperada vinculación con el capitalismo financiero global, y su doble negativa por parte de la población a los acuerdos para la devolución de la deuda, la han colocado en el mapa como uno de los principales ejemplos del funcionamiento del capitalismo de burbuja.
Comentarios
Una muestra de que la "revolución a la islandesa" tampoco es la solución (y eso que el país es pequeño).
Además está claro que al que se salga de la norma no le dejarán triunfar, ya que si sale bien puede que otros les sigan...y se acabe el chollo.