Ya conocen ustedes el viejo aforismo debido a Plutarco ("Vidas Paralelas") y aplicado a Pompeya, la esposa de Julio César, según el cual a la mujer del emperador no le basta ser honesta. Además ha de parecerlo. En los tiempos que corren los valores han cambiado de jerarquía. Me atrevería a sostener la primacía de la apariencia sobre todo lo demás.