Hace 18 años | Por tipejo a sly-dog.org
Publicado hace 18 años por tipejo a sly-dog.org

Una de las peores cosas, es la concentración de poder. Ya Montesquieu preconizaba uno de los principios más básicos y fundamentales de la democracia, la división de poderes. Un ejemplo aterrador de esta concentración, tan ansiada por los capitalistas, y tan peligrosa para la sociedad, es Conagra, que tras la compra de Monfirt, se ha convertido en el mayor procesador de carne del mundo.

Comentarios

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Al margen del caso este, que supongo que sería digno de estudio, yo pienso que la acumulación de poder en sí misma no es el problema.

Cualquier propósito medianamente grande necesita mucha concentración de poder. Cuanto más grandes los propósitos, más "poder" se necesita acumular para poder llevarlo a cabo. Pensemos, por ejemplo, en llevar a un hombre a la luna, o pensemos en las enormes ganancias de Google.

La creación de servicios y bienes muy demandados por la sociedad es un modo de "poder" muy actual. Pero es completamente necesario. Sin una mínima acumulación de poder serían imposibles la mayoría de las cosas que mejoran nuestra vida actualmente.

El problema, por lo tanto, es que el poder esté en quien no corresponda. El óptimo sería una perfecta correlación entre poder-responsabilidad. Es decir, cada cual tiene el poder que le corresponde a la responsabilidad y eficacia que está demostrando. Si una empresa hace bien su trabajo es normal que crezca en la medida de su mejor desempeño. Esto no significa menos libertad para los demás, sino sólo menos libertad para los que intentaran hacer ese mismo trabajo con peores resultados. En el mercado libre este es el comportamiento espontáneo, puesto que la competitividad de las empresas decide quién gana y sigue ofrenciendo los mejores resultados a los clientes. Es lo que muchos llaman "meritocracia". Y la sociedad se beneficia de ello.