Con 11 años ya tenía 150 antecedentes policiales. Llegó a acumular 129 agujeros de bala en su coche tras una persecución de una hora. Buscó la catarsis en la Ciudad de los Muchachos en Leganés y cambió las persecuciones en las calles de Madrid por los circuitos de competición. Sería precisamente en un gran premio, en el circuito de Barcelona, donde iniciaría su relación más íntima con la Guardia Civil: entabló amistad con el ex director del instituto armado, Santiago López Val-divieso, que le propuso dar clases de conducción evasiva a su equipo
Comentarios
#1 Tiene gracia que seas tu quien lo dice Farruquito.
Eso no era un niño rebelde, era un delincuente reincidente.
ya sabemos quien va conducir los primeros "interceptores" de la guardia civil...
El interceptor de la Guardia Civil. Ford Mondeo ST220 con 225 cv
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