En cualquier facultad universitaria española, empezando por la mía, siempre hay algún profesor o profesora que no tiene ni la más lejana idea de la materia que explica, nada de nada, ni remotísima noción, y mira que lo de explicar cosas de Derecho es fácil y sólo hay que sacarse el dedo de la boca y estudiar un poco. Ni por esas. ¿Recuerdan, amigos, esos datos que circulan y que nos dicen que más del treinta por ciento de los profesores funcionarios de nuestras universidades no tienen ni un sexenio de investigación
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"Sólo veo el otro camino, en el que aquí mismo ya he insistido en otras ocasiones: seleccionan los de la propia universidad o centro del candidato, pero se cobra por los resultados del equipo. Si yo soy catedrático, dos mil euros mensuales como sueldo fijo y el resto, hasta límites bien altos, en función de la producción científica real de mi departamento o de la parte de él que yo escogí. O científica y docente, todo ello bien medido. Si yo sé que pierdo quinientos al mes por cada tarugo que meto en mi disciplina, se me pasa la corrupción a toda velocidad y a los torpes se los recomiendo a un concejal amigo para que sieguen los jardines, en lugar de ficharlos yo para que en mi universidad expliquen ecuaciones diferenciales o filosofía del Derecho o latín. Sería mano de santo. Saliendo del infierno, pero mano de santo. Lo cual requeriría, ciertamente, una organización algo racional de departamentos, y cosillas de ese estilo."
Me parece bien. El que quiera ir a jugar con sus amiguitos en lugar de trabajar que lo note en el sueldo.
¡Cuánto napalm necesita la universidad española!