El descubrimiento de formas vivientes primitivas en los volcanes submarinos, aisladas de la Luz Solar, nos obliga a replantear el Genesis de la Vida. Muchos piensan que vinimos del Cielo con los meteoritos, otros que somos hijos del Relampago que combinó los primeros aminoacidos. Pero cabe la posibilidad de que seamos hijos del fuego devorador del centro de la tierra. Hijos del temido Infierno. Darle la espalda a esta posibilidad no nos hace más santos.
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yudhiistira