A principios de mes, la Policía indonesia detuvo en Muara Kaman, un pueblo de Kalimantán este, a dos trabajadores de una plantación de palma de aceite por matar al menos a 20 orangutanes. Los dos hombres confesaron a las autoridades que la compañía para la que trabajaban, PT KAM, les había ofrecido una recompensa de un millón de rupias, unos cien euros, por cada ejemplar de orangután muerto
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Lo empujan más bien.