Desde aquí quiero mostrar mi solidaridad a los 33 mineros de Chile. Enhorabuena por el merecido y ansiado rescate. Pero también quiero solicitar la vuestra para otros miles de personas cuya vida se ha visto trastocada por una explotación minera, sin ni siquiera recibir un salario a cambio: estos son solo algunos de los dolorosos casos de los que he sido testigo directo.