¡Hombre, pues sí que es una bebedora empedernida esa irlandesa! Y encima el pobre marido tiene que cargarle las botellas que a ella le sobran, muy merecido ese primer lugar.
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¡Hombre, pues sí que es una bebedora empedernida esa irlandesa! Y encima el pobre marido tiene que cargarle las botellas que a ella le sobran, muy merecido ese primer lugar.