África guarda esperanza. El continente más pobre de la Tierra podría empezar a prosperar, aunque de forma lenta, durante el siglo XXI. Muchos "cerebros" africanos están decidiendo regresar a sus países de origen y lanzarse a la aventura de invertir y crear empresas. Si se continuase así, África podría seguir un ejemplo similar al de Asia: un paso progresivo, aunque no menos costoso, de la absoluta pobreza a una situación aceptable. Esperemos que así sea.