Imagino, y no será mucho imaginar, que Mariano Rajoy debió de seguir el jueves con especial atención tanto la decisión sobre los tipos de interés del BCE como la pública comparecencia posterior de su gobernador, Mario Draghi. No en vano el italiano suponía para nuestro presidente una suerte de ‘comodín del banco central’, tras el nuevo fiasco que, en términos de generación
Comentarios
Mañana hay elecciones y gana con mayoría absoluta, así somos