No podría estar más de acuerdo. Como nota curiosa, vivo en el eixample esquerre, cerca del centro, y a veces salgo a la calle y me da la misma sensación que cuando estas en una ciudad extranjera como Nueva York, esa bonita pintura "multiétnica" que a veces se traduce en escuchar, en una calle normal y corriente, gente hablando otros idiomas menos el castellano y el catalán (o cualquier idioma menos el inglés, en NY). Y hace 10 años eso no ocurría tanto. Por una parte, me gusta porque es divertido y a veces te sientes como si estuvieras de viaje, pero por otra parte no reconozco a la Barcelona que me vió crecer.
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No podría estar más de acuerdo. Como nota curiosa, vivo en el eixample esquerre, cerca del centro, y a veces salgo a la calle y me da la misma sensación que cuando estas en una ciudad extranjera como Nueva York, esa bonita pintura "multiétnica" que a veces se traduce en escuchar, en una calle normal y corriente, gente hablando otros idiomas menos el castellano y el catalán (o cualquier idioma menos el inglés, en NY). Y hace 10 años eso no ocurría tanto. Por una parte, me gusta porque es divertido y a veces te sientes como si estuvieras de viaje, pero por otra parte no reconozco a la Barcelona que me vió crecer.