El Río Amarillo, que proporciona agua al 12 % de los 1.300 millones de habitantes del país y al 15 % de los campos de cultivo, ha sido contaminado no por un descuido fortuito, sino por algo peor: la mala intención de evitar la costumbre de los ciudadanos de “robar” el agua de las tuberías de una planta térmica aprovechándola para uso privado. Sí, el lector puede dar crédito a lo que está leyendo. “Para que mi vecino no entre a mi cocina le pongo veneno a mi comida”, diría una persona con ánimo vengativo.
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Duplicada: El río amarillo se vuelve rojo
El río amarillo se vuelve rojo
elpais.comAunque todavia nadie se ha dado cuenta.