La producción de energía a través de tecnología no contaminante ha dejado de ser un tema puramente ambiental. Ahora, este tipo de producción se ha convertido también en una posibilidad de obtener buenos réditos económicos y algunas empresas de El Salvador, al lado de otros países en desarrollo, se ha introducido ya en el negocio de las reducciones de emisiones de carbono (CO2) para hacer frente al impacto del cambio climático y el calentamiento global.
Comentarios
Es curioso como algo tan vergonzoso como el comercio de cuotas de emisiones de CO2 (que adultera los objetivos de Kyoto, enmascara a los verdaderos culpables de las emisiones y coarta el desarrollo industrial de los países vendedores de cuotas) se explica como algo positivo, en plan oportunidad de negocio y tal. Definitivamente la gente ya no tiene vergüenza...
Para que luego digan que la que contamina es China, vaya cara dura!!