Un ejemplo más de los efectos de las redes sociales, donde parece que todo vale, hasta que alguíén se pasa de la ralla. Scotland Yard ha cerrado recientemente una comunidad en Facebook en la que agentes de la Policía británica colgaban fotos y comentarios riéndose de los ciudadanos con sus accidentes. ¿Realmente estos contenidos aportan algo?
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