La hiperactividad y el ansia de poder y protagonismo de Josep Piqué reaparecen con una nueva presidencia, la del negocio bueno de Vértice, desde el que la compañía, con Piqué de conseguidor y Jaime Bergel de captador de fondos, debería jugar un papel muy relevante en el negocio que puede dejar la ruina de las televisiones autonómicas.