En la redacción de Mitmag la época estival es tiempo de debate: “paipay vs abanico”, “bañador turbo vs Meyba”, “Malibú con piña vs kalimocho premium” y un largo etcétera de conversaciones de calado que generan enormes discusiones, riñas y acaloramientos. Hete aquí que desde las tumbonas y hamacas de los despachos en las que pasamos estos meses cobrando la nómina sin pulsar una tecla, se nos ocurrió encender nuestro fantástico televisor Grundig. Nunca nos cansamos de repetir lo maravilloso que es. Mandamos sentar a Don Remigio cerca del aparato
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