Las seis mil ranuras, cada una de veinte centímetros de longitud y uno de ancho, estaban inducidas en un almacén abandonado de la pequeña población de Avinyonet de Puigventós, en la provincia de Girona, y fueron sorprendidas de madrugada por los agentes de la Benemérita mientras dormían. Los ronquidos y el chivatazo de uno de los vecinos ayudaron a la Guardia Civil a dar con el paradero de las seis mil aberturas que, al parecer, permanecían allí desde el pasado año.
Comentarios
¿Al vecino chivato le van a caer las medallas o los escraches?
Que malos los de rokambol, por el gran FSM! No le llegan ni a la chancleta a El Mundo Today..