Así es como ha surgido el proyecto del Digestive Car (el ‘coche digestivo‘, en castellano). Se trata de un vehículo con el que esta artista crítica taiwanesa pretende concienciarnos, no solo de la tremenda polución que genera el medio de transporte más utilizado hoy en día, sino también del daño que causamos criando animales como las vacas. Porque, antes de alimentarnos de su sabrosa carne, se calcula que el ganado han emitido el 18% de los gases nocivos que provocan el efecto invernadero. Ahí es nada.
|
etiquetas: coches , automóvil , pedos , flatulencias