En concreto se trata de un cambio introducido en la forma en la que se instala una unidad de control de reserva del sistema eléctrico. En lugar de fijarla al rack en el que va instalada con remaches Boeing pasó a fijarla con abrazaderas. Y en esas condiciones la toma de tierra de esa unidad puede no ser suficientemente buena, lo que a su vez puede provocar fallos en el funcionamiento de la unidad. Y nadie quiere que falle nada en un avión. Y menos aún en un MAX.
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