Si bien las estafas en la red son cada vez más elaboradas, con una personalización mayor, todavía hay muchas que siguen una serie de patrones que nos pueden permitir identificarlas a primera vista. En los últimos meses también ha cogido relevancia, en cuanto a la última categoría de estafas, una campaña de ‘sextortion’ (extorsión sexual), por la cual el atacante asegura que revelará unos supuestos vídeos, fotos o información íntima de la víctima que habría obtenido después de perpetrar un supuesto ataque informático.