Por mucho que se diga que Microsoft ya no es la misma de siempre, no dejan de ser puras patrañas. El slogan "Microsoft ama a Linux" no es más que una vil mentira. Microsoft no ama a Linux ni al software libre, los detesta, tanto que ni siquiera es capaz de dejar tranquilo a Linux y seguir con lo suyo o ni tan siquiera coexistir juntos. Ahora con Windows Phone virtualmente muerto, la estrategia de Microsoft en el móvil sólo ha adoptado una "nueva" modalidad: extorsionar con más fuerza a las empresas chinas que fabriquen teléfonos Android.