No cabe duda que estamos avanzando rápidamente hacia una sociedad sin dinero en metálico, por razones de comodidad para quien hace los pagos, de economía y seguridad para quien los recibe, y de trazabilidad para unas autoridades interesadas en reducir el impacto de la economía informal.
Los beneficios de una sociedad sin dinero en metálico son muchísimos más que sus inconvenientes. Siempre y cuando se establezcan sistemas públicos y seguros que permita no depender de los bancos para ello
Yo después de ver lo que les hizo el BBVA a los chinos me he vuelto en contra de la retirada del dinero en efectivo. Sería muy fácil bloquear el dinero a la población simplemente aplicando un filtro por sexo, edad, lugar de residencia (toda una ciudad, una provincia, una comunidad autónoma) y a saber qué más datos tienen de nosotros (simpatías políticas porque estás afiliado a un partido y pagas la cuota por banco, ...)
Por favor, si eres de "izquierdas", a.k.a. "extremiiiiiisima izquierda", vete a darle la teórica monetaria a los bolivarianos y su 2.000.000 % de inflación, parte de la conspiración judeo-masónica yanqui.
Comentarios
Los beneficios de una sociedad sin dinero en metálico son muchísimos más que sus inconvenientes. Siempre y cuando se establezcan sistemas públicos y seguros que permita no depender de los bancos para ello
Me engañaron cuando cambié los sextercios por los maravedís y no vuelvo a caer. Es el futuro, decían.
Cancamusa man back.
Yo después de ver lo que les hizo el BBVA a los chinos me he vuelto en contra de la retirada del dinero en efectivo. Sería muy fácil bloquear el dinero a la población simplemente aplicando un filtro por sexo, edad, lugar de residencia (toda una ciudad, una provincia, una comunidad autónoma) y a saber qué más datos tienen de nosotros (simpatías políticas porque estás afiliado a un partido y pagas la cuota por banco, ...)
Por favor, si eres de "izquierdas", a.k.a. "extremiiiiiisima izquierda", vete a darle la teórica monetaria a los bolivarianos y su 2.000.000 % de inflación, parte de la conspiración judeo-masónica yanqui.
El fin del efectivo A.K.A. el sueño de cualquier gobierno totalitario