El conglomerado surcoreano lleva larguísimos años perdiendo dinero con sus terminales, y aunque hasta ahora consideraba que mantener su reducida parcela en el mercado telefónico era necesario por una cuestión de presencia de marca o simples esperanzas de recuperar posiciones, la paciencia se está agotando. Kwon Bong-seok, máximo responsable de LG, así lo comunicó a los empleados de la empresa en un mensaje en el que dejó entrever que el futuro de la división telefónica pende de un hilo