Hace poco más de un año, en agosto de 2021, el máximo responsable financiero de Ford Motor Company salió a la palestra para presumir de forma pública de lo que consideraba toda una noticia: su primer SUV 100% eléctrico global, el Ford Mustang Mach-E, era un buen negocio. “Es rentable —destacaba John Lawler—. Su margen de contribución es positivo y rentable ya desde hoy”. Un año después la situación es otra bien distinta.
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