Es difícil volver a los juegos que marcaron nuestra infancia porque visualmente ya no son lo mismo. Literalmente. No hablamos de añoranza o estética desfasada, sino de un cambio real debido a las nuevas tecnologías en las pantallas y monitores que utilizamos para jugar. Pese a que hoy en día tenemos disponibles monitores LED con resoluciones y tasas de refresco muy elevadas, en la práctica, a la hora de jugar a títulos retro, la experiencia no logra equipararse a la de nuestros recuerdos.
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