Existe la creencia generalizada de que, para tener éxito montando una ‘startup’, debe haber siempre un elemento fundamental: una potente inversión que permita llevar a cabo el proyecto en cuestión. Pero la historia de cómo llegaron a la cima algunas empresas que ahora son unicornios (compañías que alcanzan una valoración de mil millones de dólares) demuestra que lo contrario es posible: esta inversión externa no tiene por qué ser un requisito previo durante las primeras etapas de una compañía emergente.
|
etiquetas: tecnología , inversiones , dinero , unicornios