Entre los negacionistas y alarmistas, sólo los sensacionalistas son escuchados

No se ni por donde empezar este artículo. Lo que tengo claro es que este tema de la pandemia daría para mil tesis doctorales en sociología. Y abarcaría desde la población general hasta los políticos y la comunidad científica. Lo más curioso es ver cómo nuestras emociones son las que dictan nuestros razonamientos, y no viceversa.

Me entretendré un poco en esto porque creo que es clave. Aunque como seres racionales nos creemos que la raźon guía nuestros actos, no es así en la mayoría de los casos. Las emociones son las que nos dirigen y sólo usamos las razón para justificar nuestros actos dictados por nuestras emociones. Pocas veces la razón se impone a las emociones, porque generalmente no le damos tiempo a actuar.

Con el tema del coronavirus esto se aprecia claramente en las actitudes de la población en general. Los negacionistas valoran su libertad sobre el bien común y minimizan el riesgo. Los alarmistas parece que medran de la desgracia y el pesimismo, tendencias masoquistas, y lo ven todo negro. En medio, la mayoría de la población que ya no saben qué pensar.

Pero para mí, lo peor de todo está siendo la actuación de los expertos y los medios de comunicación. Los que deberían ser la voz de la razón y la mesura, están generando más confusión y angustia. Y no porque no haya expertos que no lo sean (probablemente la mayoría lo sean), sino porque los medios de comunicación no les dan voz. A los medios les gusta publicar las opiniones alarmistas, no las informadas.

Empezando por la OMS, que ha hecho una gestión infame de la pandemia, y ahí siguen (daría para publicar 100 artículos sobre ellos). Y luego los múltiples artículos de expertos que tienen opiniones muy sesgadas (porque el sesgo de confirmación también afecta a los científicos, Y MUCHO) y que son las que se publican.

Yo soy científico, no muy alejado del tema del COVID, pero no me considero un experto. Pero sí que me considero capaz de ver cuando mis pares no están informando de manera objetiva, sino que se dejan llevar por sesgos subjetivos.

Un ejemplo: la OMS y algunos expertos dicen que las medidas extras sanitarias (como las mascarillas) van a estar en nuestras vidas durante varios años. Aun sacando la posibilidad de la llegada de una vacuna o tratamiento efectivo en breve, decir que vamos a estar así varios años no se sostiene científicamente. Y aún así, van algunos lo sueltan, y por supuesto los medios lo publican.

Ahora va mi opinión personal. Intento que sea informada y objetiva. En ciencia, ante la imposibilidad de aplicar el método científico (como pasa cuando hay que predecir el futura de esta pandemia), hay que usar la deducción. Las voces moderadas (y en mi opinión objetivas) dicen que este virus se va a comportar como otros virus y esta pandemia como otras pandemias. O sea, si no llegase una vacuna o tratamientos efectivos (cosa que seriemente dudo), y ante la imposibilidad ya evidenciada de erradicación por la alta transmisibilidad del virus, habría un efecto cosecha y una generación de inmunidad de grupo, queramos o no. Eso no significa que el virus desaparecerá, sino que dejará de ser un problema sanitario de primer orden. ¿Que puede ser que no? Sí, pero también puede estrellarse un meteorito mañana contra la tierra, pero CIENTÍFICAMENTE ES IMPROBABLE.

Las medidas sanitarias que se están aplicando ahora, solo tienen sentido si se esta esperando a una vacuna/tratamiento efectivo en el medio plazo (de aquí a seis meses). Lo unico que hacen es ralentizar la evolución natural de la pandemia para que el impacto en mortalidad y morbilidad sea menor. Pero son MUY COSTOSAS, no sólo a nivel sociológico, psicológico, económico pero también sanitario, y son insostenibles al largo plazo. Mismamente hay sospechas cientícias fundadas de que el uso de la mascarilla, si se implantase a largo plazo, tendria efectos sanitarios serios. No voy a entrar en esto en detalle, pero por UN SOLO ejemplo, el no exponernos a patógenos durante años por el uso de la mascarilla, se reduciría la inmunidad de la población a muchos patógenos, convirtiéndolos en bombas de relojería para el futuro. La exposición a los rinovirus del resfriado común protege del virus de la gripe. La exposición a los coronavirus del resfriado común protege del COVID. Y así podemos continuar.

Una vez leí la opinión de un virólogo que dijo que no hay razón ni evidencia científica para pensar que el COVID se vaya a comportar de manera distinta a cualquier otro virus. Y que se generamos inmunidad y se encontrarán vacunas. UNA VEZ. Pero sin embargo todos los días leo noticias catastrofistas sobre esta pandemia. Como un veterinario diciendo que no hay vacunas para coronavirus en ganado. Claro, como que una vacuna con un 50% de eficacia y 30 euros la dosis si que se pondría en humanos, pero no tienen sentido para vacunar pollos. Y una vacuna que se cargase al 1% sí se pondría en pollos pero nunca en hunamos. Y noticias alarmistas así todos los días.

Moraleja: lo que se publica siempre tiene una carga de sensacionalismo y alarmismo innecesario. Y por eso hay que cogerlo con pinzas.