Si alguien suele leer La Razón, por gusto, curiosidad u obligación profesional, sabrá de la sección Memoria e Historia, que mantiene este periódico. Está dedicada, exclusivamente, a documentar las acciones violentas contra religiosos o personas de derechas acaecidas durante o antes de la Guerra Civil de nuestro país. Supongo yo, que en respuesta a la) pretensión de los descendientes de republicanos, de revisar nuestra Memoria Histórica, y de dar digno tratamiento a los restos que todavía esperan anónimos y en lugares recónditos (perpetuando , mientras se pueda, el castigo de silencio que les fue impuesto).
Cuál no ha sido mi sorpresa hoy, cuando he leído el siguiente titular: «Mi padre estuvo en un campo de concentración por defender la ley; Puigdemont se fugó por vulnerarla». Se trata de un artículo en el que el descendiente de un republicano expresa su indignación por las palabras de Pablo Iglesias sobre Puigdemont (en las que lo compara con los exiliados repubicanos). Estamos todos de acuerdo en que no son lo más afortunado. Pero menos afortunado aún es encontrarse con esta maniobra claramente inscrita en una campaña mediática, en La Razón, que se ha dedicado a vilipendiar al bando republicano, a justificar lo injustificable (las trabas a la Memoria, la reparación de las injusticias); que mantiene esa sección ofensiva y parcial.
No comulgo con las opiniones expresadas en La Razón, pero esto me parece una desvergüenza. Podría poner el enlace al artículo, en aras de aportar una fuente a este artículo, pero me niego a