Soy puertorriqueño y he vivido toda mi vida en la isla.
La experiencia del huracán María fue única para todos nosotros. A pesar de que estamos en una zona ciclónica, Puerto Rico estuvo sin recibir un huracán directo por casi 20 años. Esto empeoró las cosas, pues la gente se había confiado demasiado en que no iban a venir más huracanes, y por eso no se prepararon tanto. Incluso existía la creencia generalizada de que la isla, de alguna manera, estaba protegida de los huracanes.
Puerto Rico no es un país pobre, sino que es es de los más ricos del toda Hispanoamérica. Nuestro GDP per capita nominal es ligeramente superior al español y nuestra industria es de las más competitivas. Sin embargo, nuestra infraestructura y planificación civil es claramente inferior y nuestro gobierno es bastante corrupto, dado que este se aprovecha de nuestro estatus de colonia y ambigüedades legales que ese estatus implica. Además, somos más pobres que cualquier estado de la Unión.
Tampoco ayuda al desarrollo el hecho de que estamos aislados en medio del mar respecto a EEUU y tenemos muchas zonas montañosas donde el cableado subterráneo no es una opción viable. A pesar de las fuertes críticas al Presidente Trump, comprendo perfectamente que las ayudas y reparaciones hayan tomado más tiempo que lo que hubiera tomado en el resto de EEUU, pues el cableado estaba en pésimas condiciones y logísticamente fue más difícil enviarnos ayuda. Sin embargo, la ayuda llegó y nos sobró; todavía tengo guardada comida militar y hasta un filtro de agua que nunca tuvimos que utilizar.
Los primeros días luego del huracán fueron los más difíciles. Recuerdo haber encendido la radio y solo había silencio. Sí, ninguna estación estaba transmitiendo. Silencio. Poco después hubo transmisión radial, pero no decía mucha información porque ni las propias estaciones tenían acceso a internet. Eran locutores contando sus experiencias, invitados contando sobre sus pérdidas o gente diciendo rumores. Muchos puertorriqueños en EEUU estaban preocupados, pues no hubo señal de celular en semanas. Las filas para gasolina eran de horas, y esta estaba racionada, pues se necesitaba también para generadores.
Lo que sí me sorprendió es que no nos degeneramos en un mundo post-apocalíptico, como las que ponen en Hollywood. Incluso en zonas aisladas, con poca o ninguna ayuda del gobierno por días, y aunque no podíamos comunicarnos con la policía debido a la falla en comunicaciones, no hubo tantos asaltos y crímenes como se hubiera pensado. Creíamos que sería como fue durante Katrina, que gente disparaba a helicópteros y saqueaba tiendas, pero no fue nuestro caso, afortunadamente. Pienso que la sociedad puertorriqueña fue muy madura al enfrentar la crisis, a pesar de que no se preparó tanto como debió y que el gobierno local pudo haber sido más eficiente.
Durante días, restaurantes de comida rápida hacían hamburguesas sin lechuga, o servían refresco sin hielo. Fui a un restaurante chino y la comida que me vendieron resultó estar descompuesta. Iba a trabajar, pero casi no podía hacer nada porque soy programador de software y la compañía necesitaba servicios de nube para funcionar. Luego tuvimos internet, pero era muy lento. Ni siquiera sabíamos con seguridad por sobre donde pasó la tormenta, o el daño que había causado.
Luego vinieron las enfermedades. Muchas personas murieron por tomar agua de fuentes contaminadas. La leptospirosis mató muchas personas. Casos de enfermedades transmitidas por mosquitos, como el dengue, zika y chikungunya aumentaron. Dicen que murieron casi 3000 personas, pero honestamente no creo que sea una estimación honesta sin clasificar las muertes en directas o indirectas, pues había un gran índice de error y se usaron métodos estadísticos que no se usaron en otros casos. Por ejemplo, durante el ataque de las torres gemelas no se contaron mucha gente que murió por enfermedades respiratorias luego del ataque, pero en caso del huracán María sí, al menos en el estudio que más promocionaron los medios. Los medios estadounidenses aprovecharon esto con un fin político contra el Presidente Trump, mientras ignoraron el hecho de que Obama ignoró la isla por 8 años y que nuestro gobierno es extremadamente ineficiente y corrupto. Sin embargo, eso es un tema muy polémico, y la verdad es que nadie tuvo la culpa o responsabilidad al 100%.
Si todavía se lo preguntan, sí, ya tenemos electricidad. Los medios, de nuevo, dijeron que no tuvimos electricidad por meses, pero en las ciudades, donde vive la mayoría de la gente, ya había llegado. Entiendo que hayan tardado en poner la electricidad en zonas montañosas debido a la logística y condiciones de cableado. Compañías estadounidenses vinieron a restaurar la electricidad en casi toda la isla, e hicieron en unas semanas lo que la compañía pública de electricidad no hizo en meses en esas zonas.
Fue una experiencia traumática, pero aprendimos mucho. Aprendimos a preservar alimentos sin mucha refrigeración, ayudarnos unos a otros, conocer mejor nuestros vecinos, prepararnos, formas alternativas de lavar, rutas alternativas, etc.