He tardado 44 años (son los que tengo, voy a cumplir 45 en breve) en comprender que mi inteligencia es limitada (y lo será hasta el día en que me muera). No es que antes creyese que tenía inteligencia ilimitada, eso sería una estupidez. Es el hecho de darse cuenta de que yo y todos somos limitados en inteligencia, aún las personas más inteligentes en la faz de la Tierra. Es una nueva idea que ha penetrado en mi mente y trato de asentarla. Esa idea me hace ser más comprensivo conmigo mismo y con los demás.
Por otro lado pienso que marcarse metas, objetivos personales o profesionales... es una inutilidad. A las cosas se llega cuando se llega, las cosas se completan o se alcanzan a su tiempo, tiempo que nadie sabe. Marcarse metas y tratar de cumplirlas en un tiempo nos ha llevado a este mundo "productivo", en el que la producción, vender, y hacer las cosas "a tiempo" parece ser ley de vida. Y no lo es.
Para mí, darme cuenta de estas dos cosas, que tengo inteligencia limitada y que las cosas ocurren a su tiempo, es liberador. Me libero de intentar parecer más inteligente de lo que soy y me libero de querer alcanzar metas "a tiempo".