El día 15 de septiembre empiezan las clases en Canarias, así que voy a intentar hacer un repaso de la situación y su evolución hasta el día de hoy desde el punto de vista de un maestro.
El 1 de septiembre nos incorporamos a los centros para empezar a prepararlo todo. A pesar de las recomendaciones existentes de priorizar el trabajo telemático, nos obligan a trabajar todos estos días acudiendo al centro. No se nos van a hacer pruebas PCR. No hay dotaciones económicas para hacer frente a todos los gastos que se nos imponen desde los diferentes protocolos que va sacando la Consejería de Educación (prácticamente uno al día). Estos gastos incluyen elaboración de señalética, comprar cubos con pedales, hidrogel, termómetros, mascarillas, batas, entre otras cosas.
Al empezar el día uno nos encontramos con que no está nombrada buena parte de la plantilla, con lo que no podemos hacer lo más básico: elegir grupos y hacer horarios. En estos días nos vemos obligados a hacer mudanzas de clases (sí, las hace el mismo profesorado), a comprar de nuestro bolsillo lo que hace falta, a preparar todo con los distintos escenarios que se puedan dar. Todo ello con la incertidumbre de que hasta el día 10 de septiembre la Consejería no se reunirá para decidir si empezamos de manera on line o presencial. La Consejera dice que si se mantiene el nivel de contagios se empezará on line. Llega el día 10 y se mantiene el nivel de contagios con lo que la Consejera decide … empezar presencial, aduciendo que todo es muy seguro y que no hay que preocuparse.
A día de hoy faltan por nombrar a tres profesores en nuestro centro (que es la tónica en casi todos los centros que conozco). Teniendo prácticamente el mismo número de alumnado que el año pasado nos han quitado dos profesores, así que de bajar ratio nada: estamos peor que el curso pasado. Por otro lado nos han concedido un profesor de apoyo COVID que solo está nombrado hasta noviembre. Cabe destacar que mi centro está ubicado en una de las zonas más afectadas por COVID en Canarias. De hecho, conocemos familias del centro que sabemos extraoficialmente que sus hijos están contagiados.
En mi centro en Septiembre la temperatura suele rondar los 30º (por supuesto no hay aire acondicionado) y la ventilación es escasa. Muchas clases han tenido que moverse a zonas comunes para poder mantener distancias de al menos 1,5 metros. La media de edad del profesorado ronda los 50 y pico años.
Dicho todo esto nos encomendamos a la suerte que es lo único que podrá ayudarnos a que esto no se desmadre.
Por cierto, una nota de ¿humor? para terminar. Soy el responsable de nuevas tecnología de mi centro y me han citado para una reunión de responsables TIC de la Consejería… que será presencial.