Allá por 2002, recién licenciado en filología hispánica, lo que por entonces era un abono al paro, decidí emigrar a Rusia. Allí me contrató una universidad y viví 17 años. Ya rondando los 40, tuve una crisis de libro: me divorcié, me compré una moto y me volví a España. Me llevo genial con mi ex-mujer, la moto me sigue encantando, pero lo de volver a España...
No os seguiré aburriendo con datos autobiográficos cuanto menos cuestionables, pero sí con la visión que tiene alguien de su país después de 17 años. Durante ese tiempo vine a España a menudo, o sea que era consciente de lo que pasaba y de la actualidad española, pero cuando vives en un sitio es cuando te das cuenta de la "realidad de verdad".
Pensé en hablar de muchas cosas en este artículo: de política, de sanidad, de cultura, de deporte, del futuro de España... pero claro, se me hacía aburrido hasta a mí, así que me quedo en el punto 1 y ya, si eso, continuaré con la serie.
I.- Política. España es un bazofia política. Me hacen gracia las lecciones de democracia que te hace cualquier mindundi cuando conoce que has vivido en Rusia e ignora que vivimos en un país que ha repetido las mismas elecciones 3 veces con el mismo resultado porque sus políticos no saben dialogar. Un país donde la crisis sanitaria es política y ponerse o no la mascarilla, abrir o no el ocio nocturno, no obedece a criterios médicos sino electorales, y lo peor no es que la "clase" política de este país lo haga, sino que los seguidores de ambos bandos comulguen con ruedas de molino con tal de coincidir con su líder preferido. Al menos en Rusia las cartas están sobre la mesa y todo el mundo sabe a qué juega, no nos damos golpecitos demócratas en el pecho para luego hacer un esperpento al votar una reforma laboral.
Nos presentan a Putin como un déspota sin tener ni idea del apoyo popular real que tiene -que efectivamente puede no ser el oficialista pero es mayor sin duda que el de cualquier político español- y Europa se opone como el adalid democrático garante de beneficios sociales. Esa Europa que incluye países tan distantes como España y los países bálticos, por ejemplo (países que no es que se portaran especialmente bien desde el punto de vista democrático y social con los descendientes rusos que vivían allí después de la caída de la Unión Soviética, pero ese es otro tema). Europa que incluye a España, en una carrera de privatización de servicios sociales desde principios de este siglo que no cuadra con el estado del bienestar sino con el más puro estilo postsoviético del capitalismo: que robe quien pueda.
La radicalización de España solo me recuerda a la guerra civil. Desde que llegué mis amigos de izquierdas me tachan de facha y mis amigos de derechas de comunista. Algo deberé estar haciendo bien, pero en el país de la envidia, la radicalización no es lo más halagüeño. Ni que decir tiene que no tengo ni amigos ni enemigos de centro, porque el centro en España no existe.
Bonus track: 100 000 soldados rusos en la frontera de Ucrania desde hace un mes y las imágenes son siempre las mimas; imágenes que a veces son de Vladivostok, a miles de kilómetros de Ucrania.
Imágenes con las tropas rusas "deseando invadir" en paisajes llenos de nieve:
www.meteoconsult.es/tiempo-ucrania/país-187/previsiones-tiempo-ucrani