Nuria de Packlink me pregunta mi opinión sobre la atención recibida

Me voy de Bélgica. No sé si han sido los gofres o las patatas fritas, pero algo de este sitio me ha sentado mal.

Necesito enviar mis cosas a España. Decidí usar el servicio de Packlink(www.packlink.es/) para hacerlo.

El servicio comenzó accediendo a su página web. Allí introduje la dirección de recogida, la dirección de destino, y las medidas y pesos de los catorce paquetes que quería enviar. Hasta ahí todo bien.

Me mandaron las etiquetas para pegar en las cajas. Eran unas etiquetas con un logo de una empresa llamada SkyNet. Me dio un poco de miedo. Las etiquetas estaban correctas.

Posteriormente recibí otras etiquetas de una empresa llamada TNT. Desafortunadamente, esas etiquetas tenían la dirección de recogida mal. Curiosamente era una dirección que ni siquiera coincidía con el código postal.

Traté de contactar con el servicio de atención al cliente de Packlink a través de su web. Por teléfono no parece ser posible contactar con ellos. Ningún enlace parecía ajustarse a mi problema, así que probé con "Otras". Escribí que la empresa final de envíos tenía mal la dirección de recogida.

Me respondió Cristina. Me escribió que había seleccionado mal el enlace, que el enlace correcto era el de "Recogidas". Así que entré en el enlace en cuestión y comprobé que ese enlace solo servía para cambiar la fecha de recogida. Respondí a Cristina que ese enlace no resolvía mi problema, que mi problema era que, a pesar de que Packlink tuviese bien todos los datos, la empresa final de envío tenía mal la dirección de recogida. No volví a saber nada de Cristina.

Decidí probar llamando a la empresa final de envíos. Por suerte, ellos sí tenían un número de teléfono. Después de tres intentos hablando con un robot que no entendía nada de lo que le decía, conseguí hablar con un agente. Les expliqué el problema, cambiaron la dirección de recogida y me dijo que en un periodo máximo de 30 minutos recibiría las nuevas etiquetas por correo. Una hora más tarde aún no había recibido nada.

Volví a llamarles. Les dije que no había recibido las nuevas etiquetas. Me pidió que le diese mi email. Uso un email de ProtonMail. Le dije que mi email es mi nombre y apellidos separados por puntos seguido de @protonmail.com. Me dijo que por favor lo deletrease. La longitud total de mi email es de cuarenta caracteres. Tras terminar de deletreárselo, le pregunté si ese era el email que ya tenían en su sistema. Me contestó que sí. Me dijo que en un periodo máximo de 30 minutos recibiría las etiquetas por email. En menos de 30 minutos recibí un email.

El email no contenía las etiquetas. Solo contenía un documento en el que las direcciones de recogida y destino eran correctas. Llamé de vuelta. Descubrí que el truco con el robot era simplemente decir "quiero hablar con un agente" continuamente, como si fueses un robot, hasta que te pasan con un agente. Les dije que me parecía que lo que me habían mandado no era correcto. Me dijeron que sí que lo era, que debía pegar la misma etiqueta en los catorce paquetes. Le di las gracias y me dispuse a hacer lo que me había dicho.

Volví a leer la etiqueta que me habían mandado. Me fijé que la etiqueta decía que el envío era de tan solo tres paquetes.

Volví a llamarlos. Siendo la tercera vez que les llamaba, pasar la barrera del robot ya no me pareció tan complicado. Tan solo tomaba tiempo. Les dije que la información de la etiqueta era incorrecta, que decía que solo estaba enviando tres paquetes cuando en realidad estaba enviando catorce. Me dijeron que esperase un momento mientras hacían unas comprobaciones en el sistema. Me dijeron que efectivamente la información en el sistema era incorrecta y que por favor le dictase las medidas y peso de los catorce paquetes. En lo que la empresa final de envíos solo pudo percibir como un instante de silencio, yo, sin éxito, busqué la cámara oculta. Procedí a dictarles por teléfono la información de los catorce paquetes. Cuando por fin terminé, me pidieron que esperase un instante mientras finalizaban la introducción de la información en sus sistemas. Después de ese instante me dijeron que el sistema no les permitía introducir información para más de tres paquetes.

Me cabreé. Fue un error, porque como todos sabemos, nunca hay buenos motivos para enfadarse. Cualquier tarea se realiza mejor si no estás enfadado. Como dijo el Papa en una ocasión, cuando te enfadas, te cargas con la tarea de desenfadarte. Les pregunté por qué me hacían perder el tiempo llamándoles y hablando con un robot y con humanos tan útiles como un robot si son incapaces de resolver un problema tan básico. Me dijo que no les correspondía resolver mis problemas y que llamase a la empresa que había contratado originalmente porque al fin y al cabo yo no les había contratado a ellos.

Volví a intentar contactar con Packlink. Esta vez fui al enlace "Etiquetas". No sabía si iba a funcionar ya que ellos tenían bien la información de las etiquetas. Escribí que (para entonces), la empresa final de envíos tenía toda la información mal. Me contestó Nuria. Me dijo que no podían cambiar nada, que mis dos únicas opciones eran cancelar el pedido actual o cancelarlo y volver a contratarlo. Me impresionó que Nuria creyese que yo podía tener algún tipo de interés en volver a tener cualquier tipo de trato con Packlink. Le escribí que quería cancelar. Me respondió que me devolverían el dinero en un plazo máximo de siete días. Curiosamente, cobrando son mucho más rápidos.

Al día siguiente alguien llamó al telefonillo. Eran los de TNT que venían a recoger tres paquetes.

Sin contestar la pregunta de Nuria, me gustaría devolvérsela: Nuria de Packlink, ¿qué te parece a ti la atención emitida?