Uno de esos creadores que no dejan indiferente a nadie y que generan tanta pasión en sus incondicionales como animadversión en sus no pocos detractores. Porque, vale, aceptemos que no resulta sencillo amar a un tipo borracho, misógino (y mujeriego), sucio, violento y adicto a todos los vicios imaginables. Pero incluso un personaje con estas características puede terminar resultando tremendamente atractivo a través de unos escritos viscerales y directos que reflexionan sobre las inmundicias de la condición humana.
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