Para limpiar el cangrejo (un tumidocarcinus giganteus), el coleccionista emplea un simple buril con el que va haciendo cortes sobre la roca hasta encontrar la superficie del cangrejo. Llegado este punto hay que seguir eliminando sedimento escama a escama en un proceso que dura horas, días o semanas según el tamaño o la complejidad de la pieza. El proceso está grabado en timelapse y resulta extrañamente relajante.
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