Jaime T. C., que ayer se sentó en el banquillo de los acusados en la Audiencia de Barcelona durante unos minutos. Los justos para admitir la pena e imputaciones vertidas contra él y que el tribunal le condenara a 18 meses de prisión, multa e inhabilitación por un delito de contaminación acústica por las emisiones sonoras de su negocio.
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