Una fibra casi imperceptible, a simple vista inofensiva, que apenas se ve y que tampoco huele es la causante de una dolorosa rutina en las plantas de Zaragoza y Beasain de Construcciones y Auxiliar de Ferrocarriles (CAF). La Justicia ha certificado que 54 trabajadores fallecieron aquejados de enfermedades pulmonares derivadas de haber estado expuestos al mineral tóxico en esta empresa de componentes ferroviarios. Los sindicatos reclaman fondos para el estudio de la patología e indemnizaciones para los afectados.
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