Si a alguien le queda alguna duda de la pérdida que sufre nuestra generación con la muerte de Aaron Swartz hoy, sólo tiene que leer cómo vivió sus 26 años. En una conferencia que dio en 2007 contó cómo había conseguido trabajar en lo que le gustaba, y en sus palabras conocemos su mente libre y brillante y su disposición para que hubiera un mejor acceso a la información. Aconsejaba ser libre, curioso, hacer muchas cosas, no detenerse.
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