Podríamos debatir mucho sobre el tema de pegar o no a los niños, y aunque la mayoría piense que un azote a tiempo sirve y no traumatiza a nadie, la mayoría de educadores desechan del todo esta opción. Y nos aconsejan usar el refuerzo positivo y dejar a un lado los castigos (tanto físicos como de prohibiciones). Los niños no son malos por naturaleza, se hacen, por lo que los padres, madres y tutores deberán trabajar para combatir el mal comportamiento ofreciendo abrazos y palabras bonitas cuando algo se hace bien.