Una familia del popular barrio de viviendas sociales de Jinámar, en Gran Canaria, permanece encerrada en su vivienda por el exceso de excrementos de Palomas "El hedor de las defecaciones en la cubierta del tragaluz y de la basura del patio anexo entra por las ventanas, por lo que vive casi a oscuras junto a su familia". El Ayuntamiento contestó a una de sus demandas que las palomas estaban protegidas.
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