El aeropuerto de Ciudad Real, simbolo del despilfarro político y uno de los decanos de los aeropuertos fantasma que ya tiene nuestro país (junto con otros ilustres como Castellón, o Huesca) ha encontrado una nueva actividad. Si hace unos meses era utilizado como escenario para la ultima peli de Almodóvar, recientemente ha sido usado como pista de pruebas para coches de lujo. Así todo un aeropuerto que ha costado más de 500 millones de inversión pública acaba siendo utilizado como pista pero no para aviones sino para coches de 'altos vuelos'
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