"Señora Le Pen, discúlpeme, ¿Es verdad que contrató a su guardaespaldas, ese de ahí, como su asistente personal...?" Hasta ahí pudo llegar el periodista de Le Quotidien Paul Larrouturou antes de ser apartado a la fuerza y arrastrado por miembros de la seguridad privada del Salón de Emprendedores el lunes.
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