El Secretario de Estado de Comercio, Jaime García Legaz, lo tuvo claro el día que descubrió que en la brasileña Sao Paulo había once oficinas comerciales españolas. Y todas a un tiro de piedra. “Es un disparate”, sentenció. Afirmó también que había que atajar como fuera ese despilfarro, aunque, por ahora, el murciano no ha tenido mucho éxito en su empeño.
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