Su estilo, mezcla de: elementos oníricos, fantásticos, tenebrosos y propios de alucinaciones cercanas al terror, delatan la personalidad de un autor inconfundible y retorcido entre tinieblas. Pesadillas basadas en una amalgama de arañas, demonios, murciélagos atacantes, cadáveres, monstruos o el erotismo y la figura de la mujer como elemento central de sus pensamientos, completan el abanico temático de su producción. La de un hombre, en definitiva, angustiado e inmenso en su tremenda excepción.
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