Ponerle precio a un perro es algo inmoral. La sociedad capitalista en la que vivimos convierte a los animales en mercancías de valor variable. Esta historia real trata sobre la tristeza de ver cachorros cuyos ojos se apagan tras las jaulas de cristal de las tiendas de animales. No compres un perro. Recógelo de la calle. Adóptalo. Contribuye a hacer de este un mundo más justo.
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