Que Ana se atreva a usar cuatro anglicismos como revolucionaria aportación periodística, tirando de una televisión y periodismo tan “fiable” como el estadounidense, ya es ofensivo, pero que lo haga con esa prepotencia de “dar lecciones a todos los medios” es un insulto a la inteligencia del espectador. Se le llenó la boca mencionando chorradas como el “revolucionario” fact check que van a usar “por primera vez en España” en su programa como si hubiese descubierto la imprenta (hija, en castellano existe de toda la vida: contrastar las noticias).
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