Hay ocasiones en que un solo hecho es más recordado que todas sus consecuencias. Cuando eso ocurre, el tiempo no es más que una gota encerrada en una clepsidra y los recuerdos solo aparecen en viejos papeles. Sin embargo, por extraño que parezca, el devenir podría habernos enseñado que las palabras pueden convertirse en silencio cuando nadie es capaz de atribuirles un significado.
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